Cuando en el deporte, la afición por un equipo se convierte en sentimiento, tienes el peligro de caer en el fanatismo, y esto te lleva a sentir la derrota o victoria de tu equipo en primera persona. Este fanatismo te lleva a no ver más allá de los colores de ese equipo al que sigues, haciendo del fútbol una excusa, por ejemplo, para plasmar las ideologías políticas de muchos. Tengo que reconocer que alguna vez he sido algo fanático.
Pero si dejamos a un lado estos sentimientos que digo, solo se podría hacer una lectura lógica objetiva del gran clásico del sábado entre Madrid y Barcelona: el Barcelona fue superior. Si bien es cierto pienso que llegaba en mejor momento el Madrid… pero son muchos los jugadores que no aparecieron como lo estaban haciendo hasta ahora (Ronaldo, OZil, Marcelo, Coentrao…). El Barcelona fue superior. No sé si será mejor equipo o no, el final de la temporada lo dirá, pero en el partido del otro día si jugo con cierta superioridad. Como he dicho, por la desaparición de varios jugadores madridistas. Mi pregunta es: ”¿pur quee esta desaparición?”.
Pues no sé si estaré en lo correcto, pero una explicación que veo es el carácter de los jugadores de cada equipo.
Eche de menos el sábado ver a un jugador que se pegase en la disputa de un balón con los jugadores del Barcelona (y no me refiero el tipo de pelea que ejerce el “enajenado” Pepe). Eche de menos a ese jugador que no da un balón por perdido. Eche de menos la agresividad de un jugador madridista, que suplía sus carencias con el otro “fútbol para listos”. Eche de menos sus recortes imperfectos, sus escorzos imposibles. En definitiva, eche de menos a Raúl González Blanco. Si los jugadores del Madrid hubieran tenido la mitad del carácter que desprendía Raúl González Blanco en este tipo de partidos, el resultado hubiera sido otro, porque creo que la diferencia entre los dos equipos es mínima. Al contrario que el crack portugués, el verdadero 7 madridista pocas veces hacía una jugada individual para su lucimiento personal. Cosa que si hace en este Madrid la gran estrella portuguesa. Creo que el Barcelona tiene la mentalidad “Raulista”. Y creo que el “carácter” de Raúl al que me refiero, es un elemento diferenciador en los Iniesta, Xavi, Puyol, Pique, Busquets, Valdes, Pedrito, Thiago… Desde benjamines y alevines llevan viviendo la rivalidad Madrid-Barcelona como el partido más importante de la temporada. Esto es lo que les lleva a tener un plus de motivación y concentración del que otros carecen.
Cristiano Ronaldo vela por sus intereses, y luego por los del Madrid. Es un gran jugador. Pero si jugase para el lucimiento del grupo, podría equipararse algún día a la altura de Messi.
Por lo demás, el clásico dejo los mismos detalles de siempre: Alves y Pepe son grandes jugadores poseídos por el diablo; Messi sigue jugando por el “carril Messi” sin limites de velocidad y con las luces de cruce; los 2 Xavis son jugadores de snooker (más acertado el otro día el catalán que el donostiarra); Benzema e Higuain deberían jugar alguna vez por Cristiano Ronaldo; Mou sigue con sus aires chulescos que a tantos desquicia y Pep sigue siendo mister perfecto para otros muchos.
El otro gran dilema de la jornada se refiere también a un sentimiento: el atlético. En media hora iba perdiendo 3-0 contra el Español. ¿Hasta cuando durará la agonía de Manzano? El partido fue francamente decepcionante. Y lo peor de todo, la afición atlética creo que ha dicho basta. ¿Solución? Me temo muy mucho que la solución es la destitución. El problema es que uno de lo que tiene que tomar esa decisión es José Luis Pérez Caminero, que a mi entender, no debería haber ocupado nunca el cargo que ocupa.
Por unas cosas u otras hacía bastante que no escribía, pero vuelvo de nuevo a retomar el blog para todo aquel que quiera leer las palabras de un aficionado amante del deporte.
Esta semana hay fútbol.
